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  • Foto del escritorPunkeli

Omar Wade




—¿Qué es la música para ti, Omar?


—Despierta dentro de mí algo que no sé bien qué es lo que es. Cuanto más lo siento es cuando más quiero cantar. Me llega para cambiar, me cambia para agradecer.


Agradecer. Posiblemente agradecer sea junto con humildad las características que mejor acompañan y describen a Omar Wade (Dakar, 1979) y a su trabajo. Buscando un cambio radical en su vida, lleva 10 años asentado en el Estado español desde que dejó Senegal. Carpintero de profesión, para pagar las facturas ahora trabaja en una empresa de instalaciones de gas como mozo de almacén y repartidor. Dedica su poco tiempo libre a observar y disfrutar de las calles madrileñas, buscando historias tanto ajenas como propias para componer y dar vida a sus canciones.


Sus primeros pasos en la música los dio hace cuatro años en las plazas de los barrios de Malasaña y Lavapiés, donde se juntaba —y se sigue juntando— con más gente a tocar y cantar. A raíz de pasar tanto tiempo con músicos, a Wade le picaron las ganas de probar con la guitarra, hasta terminar creando sus propias canciones como hace casi todo el mundo: escuchando los acordes que encadenaba, probó a cantar por encima, a improvisar, a darle color a lo que él veía y sentía.


Ahora mismo dispone de seis temas para hacer un álbum, trabajo al que quiere titular como 'Sant', que en wolof quiere decir «agradecer». ¿Por qué agradecer? Afirma Omar que «todo lo que nos rodea merece un agradecimiento, hasta las pérdidas hay que agradecerlas», a lo que añade: «Primero me agradezco a mí mismo, para también transmitir mi amor a los demás. Es lo que me ha permitido intentar hacer este álbum, porque aunque algún día moriré, el álbum se quedará aquí y se podrá seguir escuchando. Crear algo para que se quede aquí, aunque sean dos frases de agradecimiento».


Su música es una fusión de estilos y culturas: «No le puedo dar un nombre si no quiero mentir» se excusa, «es una mezcla partiendo del aprendizaje, con referencias de la música wolof con la de aquí». Generalmente canta en wólof, su lengua natal, pero también compone en castellano e inglés en menor medida mientras que sus ritmos son una mezcla de rumba española con melodías senegalesas.


La primera canción grabada para Punkeli, llamada 'Sant' también, es una alegoría a la humildad, donde este músico ensalza cosas tan sencillas como tener casa o tener una cocina. «Ésta es una canción para agradecer que no nos falta nada» a lo que Wade añade «porque si eres agradecido lo tienes todo».


La segunda canción titulada 'Bamba' es un homenaje al líder espiritual senegalés, pacifista y fundador del 'mouridismo', Ahmadou Bamba (1853-1927). Bamba es todo un referente en Senegal y para Omar Wade es «un personaje que me ha marcado mucho, Bamba es un guía para mí. Él todo nos lo da y nosotros lo recibimos en paz, y este santo todo lo que te puede dar es la humildad».





Wade escribe desde la experiencia en primera persona o como testigo: «Yo me considero muy curioso y la vida es graciosa. Todo lo que veo me puede dar para una improvisación, todo lo que nos rodea son canciones». También acude al recuerdo y a la nostalgia, a la confrontación que le supone estar lejos de casa por voluntad propia pero extrañarla de igual manera: «Nadie es un privilegiado si está fuera de su país, eso también hay que entenderlo» reflexiona Wade.

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